CONTRA EL INMOVILISMO
AVANZANDO DESDE LAS PERSONAS
Nuestro país presenta importantes desafíos en materia de crecimiento, competitividad y bienestar, donde la confianza, colaboración y capacidad de lograr acuerdos es crucial para avanzar. En este contexto, la ENADE dio perfectamente en el clavo con su foco “Contra Immobilis, contra el inmovilismo”, aludiendo a la necesidad de pasar desde la retórica a la acción en temas que hoy son urgentes para dar certezas y nuevo dinamismo a la economía, tales como seguridad, reformas y legislaciones en ciertos aspectos clave.
Con el mismo ánimo con el que buscamos soluciones macroeconómicas y legislativas, es muy relevante que las empresas y sus líderes miremos “puertas adentro” y generemos consciencia sobre todas las oportunidades que ahí emergen para contribuir al desarrollo y bienestar propio y del ecosistema. Es cierto que mucho del quehacer se condiciona del contexto externo, pero también, en mi experiencia como consultora constantemente veo cómo muchas soluciones de gran impacto pueden emerger desde adentro, desde las personas, que son quienes dan vida y movimiento a las compañías.
Las empresas son, en su esencia, sistemas sociales complejos, que operan con grupos de personas que ejecutan acciones e interactúan entre ellas para generar resultados. Colaboradores, clientes, inversionistas, aliados, proveedores y comunidades compuestas de personas que desde su individualidad convergen e impactan en una realidad colectiva generando valor. Una realidad y un valor, que luego, en nuestro afán de simplificación se ven expresados o, más bien, reducidos a números e indicadores, perdiendo perspectiva de todo aquello esencial que está en la base.
Mientras los temas planteados al inicio de este artículo son resueltos, desde las empresas podemos enfocarnos en aceitar la maquinaria interna para que los colaboradores y otros públicos del ecosistema empresarial, puedan operar de forma productiva y eficiente, por ejemplo, transmitiendo claramente el propósito y los objetivos de la organización, manteniendo una comunicación bidireccional constante, promoviendo la capacitación y generando un entorno de confianza donde todos se sientan valorados y con el espacio de poder contribuir a este organismo colectivo.
Para adaptarse y crecer, es indispensable que cualquier empresa considere que uno de los elementos más relevantes de su ecuación siempre van a ser las personas. Como bien me decía un ejecutivo recientemente, a raíz de las escasas referencias de los presidentes del IPSA a los temas organizativos en sus cartas en las memorias de sus compañías, “los líderes no podemos ser agnósticos en temas de personas”, por muy financiera que sea nuestra función.
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