Mindset positivo para la transformación

Todos sabemos que estamos viviendo un momento crítico y sin precedentes a nivel global, marcado por una pandemia que no acaba y una guerra que sigue creciendo con la amenaza, aún lejana pero latente, de llevarnos a una tercera guerra mundial. Mientras, en lo local, el proceso constituyente sigue estando más marcado por las diferencias que por los consensos, en medio de un escenario donde los problemas sociales solo se acrecientan y el futuro aún se vislumbra bastante difuso. Inflación, recesión, escasez, destrucción, inseguridad, cambios regulatorios y suma y sigue. Muchas amenazas hoy nos aquejan en simultáneo y la verdad es que aún parecen estar bastante lejos de desaparecer. Todo esto genera un ambiente de temor e incertidumbre que es pan de cada día en mi trabajo con directorios y equipos ejecutivos. ¿Y cómo no?, si en este contexto las organizaciones deben seguir navegando y ser capaces de responder a los cambios de la mejor manera posible.

Esto plantea un gran desafío para los líderes, dado que, por naturaleza el cerebro humano está cableado para sentir miedo. Se trata de nuestro principal mecanismo de supervivencia, que se activa especialmente ante situaciones nuevas o potencialmente peligrosas. Por lo tanto, es clave que los líderes se miren a sí mismos y analicen si están con un mindset positivo de transformación, contribuyendo a energizar la organización o, por el contrario, la han ido paralizando. Los líderes tienen un rol fundamental, ya que la actitud que tomen irá permeando hacia el resto de la organización, dado que cuando las personas están sumidas en el temor y el pesimismo, tomar decisión y acción se vuelve una tarea bastante compleja que afecta fuertemente la productividad. Por el contrario, para contrarrestar la inseguridad, hacer un trabajo para identificar los riesgos y generar planes de mitigación con riguroso seguimiento, nos facilitarán seguir avanzando.

Un mindset positivo requiere una intención más fuerte que el instinto, ser capaces de sopesar ante cada situación si ese miedo que sentimos es realmente justificado, y al mismo tiempo, aceptar que ciertas situaciones van más allá de nosotros, pero que siempre podremos escoger la actitud con la que reaccionamos frente a ellas. Tal como señala el famoso neurólogo y psiquiatra austríaco, Viktor Frankl, en su obra maestra “El hombre en busca de sentido”, cuando ya lo hemos intentado todo y nada cambia, entonces “tenemos el desafío de cambiarnos nosotros mismos”.

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