El desequilibrio en la cima, un pool de talentos incompleto
El «Informe de Género en el Sistema Financiero» publicado por la CMF y el estudio sobre la «Primera Línea Ejecutiva de las Empresas IPSA», desarrollado por ChangeMaker Leaders, dejan en claro que la búsqueda de una representación de género equitativa en las altas esferas empresariales chilenas sigue siendo un reto sin resolver. Mientras las empresas emisoras de valores tienen mujeres en el 27,5% de sus plazas gerenciales y en el 15,1% de sus posiciones de directorio, las empresas IPSA alcanzan un 14,2% y 17,8%, respectivamente.
Según nuestro estudio de ChangeMaker Leaders, la mayoría de las posiciones ejecutivas ocupadas por mujeres son en áreas de Recursos Humanos y Asuntos Corporativos, mientras que la Gerencia General, Digital y de Finanzas siguen siendo mayoritariamente dominadas por hombres. Además, son ingenieros comerciales y civiles, un 34,2% y 29,1% del total, quienes están liderando la alta gerencia. La falta de diversidad es evidente, con una “sobre representación” de hombres que genera un desequilibrio en la cima de las organizaciones. Las empresas hoy lideran con un pool de talentos que está incompleto, el cual no es reflejo de los nuevos tiempos ni cumple con las expectativas sociales.
Los diagnósticos ya son conocidos, sin embargo, cada año vemos como la aguja se mueve poco y volvemos a preguntarnos qué más se puede hacer para que el cambio cultural, tan anhelado y necesario, realmente ocurra.
Para cerrar esta brecha, los líderes deben asumir un papel proactivo en la promoción de una cultura de diversidad e inclusión en sus organizaciones. Declarar intenciones es un primer paso importante, pero el impacto de las palabras será acotado si no vienen acompañadas de metas y acciones específicas que faciliten incrementar la representación de mujeres en la alta gerencia y, posteriormente, en los directorios.
Algunas compañías que se han tomado en serio esta necesidad estratégica e imperativo social, han avanzado con diversas iniciativas. Por ejemplo, asegurando la inclusión de mujeres en las ternas de selección, apoyando programas de mentoría y patrocinio, estableciendo políticas de licencia parental equitativas, generando capacitaciones en torno al liderazgo inclusivo o creando comités de diversidad e inclusión. Todo esto acompañado de métricas, procesos de seguimiento e instancias de comunicación y rendición de cuentas de cara a la organización.
Son los líderes empresariales los llamados a impulsar el cambio y crear un futuro donde la diversidad y la inclusión sean reales, lo que sólo será posible si tenemos la voluntad y proactividad de materializar la retórica en acciones concretas que permitan abrir la cima para todos.
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