Crisis del burnout: ¿Cómo lidiar con el cansancio crónico?

¿Ha estado en conversaciones donde el tema central es el cansancio? ¿Se siente Ud. mismo estresado de ir de una reunión online a otra, preguntándose cuándo todo esto va a acabar?  Le aseguro que no es un caso excepcional, sino algo que está ocurriendo a nivel mundial. Incluso se ha definido un nuevo estado en salud mental: el “languidecer”, donde las personas no necesariamente están deprimidas, pero les falta ánimo y energía para hacer cosas.

A casi un año y medio de iniciada la pandemia, la salud mental de las personas está en niveles realmente críticos. En el último “Termómetro de la Salud Mental en Chile” de la ACHS y la UC, un 32,8% de los encuestados afirmó haber tenido algún problema de este tipo durante el último mes, mientras que un 46,7% habría presentado algún síntoma de depresión. Es más, un estudio que hizo Ipsos para el Foro Económico Mundial nos posiciona como el segundo país del mundo que más ha empeorado en salud mental desde los inicios del COVID-19.

Lo anterior ha llevado a que el burnout se haya vuelto un gran foco de preocupación para muchísimas empresas. El estrés y el agotamiento no sólo están afectando de sobremanera la productividad, motivación y capacidad de innovación de sus equipos, sino también está gatillando renuncias e incluso dificultando conseguir personal para ciertas posiciones. Por eso, contar con herramientas para hacerle frente a esta segunda pandemia de salud mental es clave, partiendo por escuchar a las personas y conocer sus realidades.

Muchas empresas están desarrollando programas con ese fin. Sin embargo, si los jefes siguen agendando reuniones, escriben o llaman fuera de horario laboral, no respetan sus propios espacios de descanso y, por sobre todas las cosas, no muestran interés o empatía por las personas, seguro no tendrán el efecto esperado. Por el contrario, un liderazgo empático y humano no sólo contribuye a mejorar el bienestar del equipo, sino también a su motivación, compromiso y desempeño.

Lo central es generar conexión emocional con las personas, estableciendo espacios de comunicación bidireccionales; siendo claros y precisos respecto a las tareas designadas y lo que se espera de cada uno; entregando apoyo, feedback y reconocimiento cuando sea necesario; mostrándose disponibles aunque sea con un “ok” o un emoji a los mensajes; respetando el derecho a la desconexión y, sobre todo, siendo role models del auto-cuidado.

Estamos viviendo cambios profundos en múltiples dimensiones, y si bien el avance de la vacunación y los desconfinamientos en otros países generan gran ilusión, la verdad es que aún no sabemos cuándo ni cómo volveremos a una mayor estabilidad. Lo que sí sabemos es que ya no podemos seguir separando tan abruptamente “lo laboral” de “lo personal” y que tenemos que empezar a ver a las personas de manera integral, fortaleciendo las capacidades de escucha y empatía para invitarlas a re-diseñar juntos el nuevo modelo que necesitamos para la organización.